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Solemnidad de la Santísima Trinidad - Artículo | San Isidro Digital

Foto del escritor: San Isidro Digital/ Iglesia E.San Isidro Digital/ Iglesia E.

El Domingo de Trinidad también representa el inicio del tiempo ordinario o tiempo después de pentecostés contemplado en el calendario litúrgico, que continúa hasta el Adviento, cuando los sacerdotes visten ropas verdes;

Color litúrgico

Sin embargo el color del Domingo de Trinidad es el blanco.


El “Domingo de la Trinidad” tiene lugar el domingo después de Pentecostés. Esta fiesta comenzó a celebrarse hacia el año 1000, y fueron los monjes los que asignaron el domingo después de pentecostés para su celebración. El Domingo de la Santísima Trinidad fue instituído relativamente tarde, pero fue precedido por siglos de devoción al misterio que celebra.

Significado

Celebrar esta solemnidad tiene sentido, puesto que por el Espíritu Santo llegamos a creer y a reconocer la Trinidad de personas en el único Dios verdadero. La Santísima Trinidad es ciertamente un misterio, pero un misterio en el cual nosotros estamos inmersos. Un océano que no podemos esperar abarcar en esta vida. 


Un misterio es todo aquello que no podemos entender con la razón. Es algo que sólo podemos comprender cuando Dios nos lo revela.


El misterio de la Santísima Trinidad -Un sólo Dios en tres Personas distintas-, es el misterio central de la fe y de la vida cristiana, pues es el misterio de Dios en Sí mismo.


Aunque es un dogma difícil de entender, fue el primero que entendieron los Apóstoles. Después de la Resurrección, comprendieron que Jesús era el Salvador enviado por el Padre. Y, cuando experimentaron la acción del Espíritu Santo dentro de sus corazones en Pentecostés, comprendieron que el único Dios era Padre, Hijo y Espíritu Santo.


Los cristianos que creemos en esta doctrina decimos que la Trinidad es Una. No creemos en tres dioses, sino en un sólo Dios en tres Personas distintas. No es que Dios esté dividido en tres, pues cada una de las tres Personas es enteramente Dios.


Padre, Hijo y Espíritu Santo tienen la misma naturaleza, la misma divinidad, la misma eternidad, el mismo poder, la misma perfección; son un sólo Dios. Además, sabemos que cada una de las Personas de la Santísima Trinidad está totalmente contenida en las otras dos, pues hay una comunión perfecta entre ellas.


Con todo, las personas de la Santísima Trinidad son distintas entre sí, dada la diversidad de su misión: Dios Hijo-por quien son todas las cosas- es enviado por Dios Padre, es nuestro Salvador. Dios Espíritu Santo-en quien son todas las cosas- es el enviado por el Padre y por el Hijo, es nuestro Santificador.

La señal de la cruz

Cada vez que hacemos la Señal de la Cruz sobre nuestro cuerpo, recordamos el misterio de la Santísima Trinidad.


Iglesia Episcopal San Isidro Santa Cruz Arriba

Editor: Ariel Varela

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