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Reforma Protestante - Artículo || San Isidro Medios Digitales

Foto del escritor: San Isidro Digital/ Iglesia E.San Isidro Digital/ Iglesia E.

Actualizado: 31 oct 2024

 






Se conoce como Reforma protestante —o, simplemente, la Reforma— al movimiento religioso cristiano iniciado en Alemania en el siglo XVI por Martín Lutero, que llevó a un cisma de la Iglesia católica para dar origen a numerosas iglesias y corrientes religiosas agrupadas bajo la denominación de protestantismo.

Otra denominación usada para este movimiento por algunos historiadores como Ricardo García Villoslada es el de "revolución protestante".


Características
  • Propone retomar el espíritu “original” del cristianismo, de que el catolicismo se había apartado. No reconoce la autoridad papal ni eclesiástica para definir a la fe cristiana.

  • Considera que solo a través de las Sagradas Escrituras se puede comprender la verdad de Dios. Insta a la traducción de la biblia a diferentes idiomas y a su lectura e interpretación por los clérigos y creyentes.

  • Sostiene que la fe es el único camino de salvación de las almas. Las indulgencias y los perdones que otorgaban los sacerdotes no tenían el respaldo del poder divino.

  • Denunció la corrupción y el comportamiento de muchos de los sacerdotes católicos. Los protestantes criticaron sus privilegios civiles y aseguraron que los sacerdotes no están más cerca de Dios que el resto de los creyentes. Además, suprimieron las jerarquías eclesiásticas y sostuvieron que Jesús fue el único intermediario entre el individuo y Dios.

  • Resaltó la importancia del bautismo y la eucaristía, y eliminaron el resto de los sacramentos.

  • Sentó las bases para la división de la iglesia. Propuso diferentes formas de interpretar la fe y la práctica cristiana; la Iglesia luterana, el anglicanismo, el calvinismo y otras reformas “radicales”.

Bajo las 5 solas

Sólo Cristo, Sólo la Escritura, Sólo la Fe, Sólo la Gracia, Sólo a Dios la Gloria.


La Reforma tuvo su origen en las críticas y propuestas con las que diversos religiosos, pensadores y políticos europeos buscaron provocar un cambio profundo y generalizado en los usos y costumbres de la Iglesia católica, además de negar la jurisdicción del papa sobre toda la Cristiandad; para los protestantes el papa es solo el "obispo de Roma" y sus doctrinas religiosas serán conocidas como papismo y las políticas como cesaropapismo. El movimiento recibirá posteriormente el nombre de Reforma protestante, por su intención inicial de reformar el catolicismo con el fin de retornar a un cristianismo primitivo o puro, y debido a la importancia que tuvo la Protesta de Espira, presentada por algunos príncipes y ciudades alemanas en 1529 contra un edicto del emperador Carlos V tendente a derogar la tolerancia religiosa que había sido anteriormente concedida a los principados alemanes.


Este movimiento hundía sus raíces en elementos de la tradición católica medieval, como el de los Alumbrados y la reforma del Cardenal Cisneros en España, y también el movimiento de la Devoción moderna / Devotio moderna en Alemania y los Países Bajos, que era una piedad laica antieclesiástica y centrada en Cristo. Además, la segunda generación del humanismo la siguió en gran medida. Comenzó con la predicación del sacerdote agustino Martín Lutero, que revisó la doctrina de la Iglesia católica según el criterio de su conformidad a las Sagradas Escrituras. En particular, rechazó la teología sacramental católica que, según Lutero, permitía y justificaba prácticas como la «venta de indulgencias», consideradas un secuestro del Evangelio, el cual debía ser predicado libremente y no vendido.


La Reforma protestante dependió del apoyo político de algunos príncipes y monarcas para poder formar iglesias cristianas de ámbito estatal (posteriormente iglesias nacionales). Los principales exponentes de la Reforma protestante fueron Martín Lutero y Juan Calvino.


El protestantismo ha llegado a constituir la segunda gran rama del cristianismo, con un grupo de fieles que actualmente supera los 900 millones.


La reforma en la Iglesia Anglicana

Comenzó con la difusión en la isla de los primeros escritos de Martín Lutero, Ulrico Zwinglio y otros reformadores continentales. Además, la tradición de John Wyclif, teólogo reformador medieval y traductor de la Biblia al inglés, probablemente ejercía aún influjo en ciertos sectores de la Iglesia de Inglaterra.


Enrique VIII ascendió al trono de Inglaterra siendo muy joven y al principio no se interesó por los problemas de gobierno, que dejó en manos de su favorito, el cardenal Thomas Wolsey, a quien nombró canciller de Inglaterra. Enrique VIII siempre fue un católico convencido, y un ardiente partidario de la primacía de Roma sobre la cristiandad, por ello fue declarado «Defensor de la Fe» (Fidei Defensor) por el papa León X tras publicar «La Defensa de los Siete Sacramentos» (1521),[19]​ donde argumentaba con vehemencia a favor de las prerrogativas del papado. Por ello resulta curioso el hecho de que la Iglesia de Inglaterra se haya separado de la Iglesia católica a mediados del siglo xvi, no por aceptar o compartir las ideas reformadoras de Lutero u otros protestantes, sino por iniciativa del rey Enrique VIII.[20]​ Durante su reinado William Tyndale tradujo la Biblia al inglés desde el hebreo y el griego (el Nuevo Testamento en 1525, el Pentateuco en 1530), pero al haberlo hecho sin pedir el permiso real, fue ajusticiado; Miles Coverdale hizo una nueva traducción algo después, esta vez con el permiso de Enrique VIII, y fue la primera versión autorizada, la llamada Biblia grande o Great Bible (1539) a causa de su tamaño; en realidad se trata casi del texto de Tyndale, pero con los pasajes polémicos según la interpretación real y con el resto del Antiguo Testamento traducido por Coverdale desde la Vulgata latina. Pronto alcanzó treinta ediciones. En 1568, la Great Bible fue reemplazada por la versión autorizada de la Iglesia anglicana: la llamada Biblia de los Obispos, pero esta vez traduciendo desde los textos en lengua original lo que Coverdale había tomado de la Vulgata.


Enrique VIII se opuso, sin embargo, a la reforma de la Iglesia de Inglaterra tras decretar el Acta de supremacía en 1534, por la que el mismo rey se convertía en jefe de la Iglesia de Inglaterra, y no se realizó ninguna modificación doctrinal o litúrgica sustantiva bajo su gobierno; solo se prohibió a obispos y sacerdotes ingleses tener relación con la Curia Romana y se expropiaron los bienes excedentes de la Iglesia católica en beneficio de la Corona Real. A partir de esto emergieron, en Inglaterra, muchísimas sectas.


Al sucederle su hijo Eduardo con el nombre de Eduardo VI, con apenas 9 años de edad, se produjeron los primeros avances efectivos de la reforma de la Iglesia de Inglaterra, pues se redactó en lengua vernácula inglesa (no hablada en todos los dominios del rey) el primer Libro de Oración Común, que introdujo, gracias al trabajo del arzobispo de Canterbury Thomas Cranmer, ciertos cambios menores en la doctrina y sobre todo en la forma de celebrar la misa. Este libro fue la primera expresión concreta de la reforma de la Iglesia de Inglaterra.


En 1553, Eduardo VI muere a la edad de 15 años, dejando como sucesora a Jane Grey (coronada el 10 de julio de 1553), quien gobernó solo unos días. Se produjo una breve guerra de sucesión hasta que se impuso como reina (con el apoyo de la mayoría) María I de Inglaterra, quien rápidamente abrogó las reformas religiosas introducidas durante el reinado de Eduardo VI y sometió nuevamente a la jurisdicción papal a la Iglesia de Inglaterra, en noviembre de 1554.


Restablecido el catolicismo, el Acta de supremacía y el Libro de oración común fueron suprimidos y se nombraron nuevos obispos, se persiguió a los partidarios de la independencia de la Iglesia de Inglaterra (ya conocidos como anglicanos), y algunos de ellos acabaron en la hoguera (no todos eran favorables a la reforma religiosa).


María murió en 1558 a los 42 años de edad y sin hijos, por lo que su media hermana, Isabel I de Inglaterra fue proclamada reina. Isabel asumió el trono de Inglaterra tratando de mantener la unidad nacional por sobre las diferencias religiosas, por lo que no mostró inicial apoyo a ninguno de los bandos en disputa (protestantes y católicos); sin embargo, la política internacional hostil del rey Felipe II de España y especialmente las conspiraciones y rebeliones la hicieron ofrecer cada vez más apoyo al bando protestante.


Isabel restauró el Acta de supremacía, por lo que los obispos partidarios de la teología católica papista fueron depuestos y sustituidos; proclamó luego el Acta de Uniformidad que obligaba a todas las parroquias de la Iglesia de Inglaterra a utilizar el Book of common prayer / Libro de Oración Común (con aquellos pequeños cambios introducidos por Thomas Cranmer) con su texto en inglés y no en latín. Todo ello dio espacio para la difusión de las ideas de la Reforma protestante en Inglaterra, no obstante la moderación que en general siguió teniendo la Iglesia de Inglaterra al conservar casi intacta su tradición medieval. De nuevo se tradujo la Biblia, esta vez por impulso de su sucesor, la llamada Biblia del rey Jacobo (1611) en el denominado inglés moderno temprano (Early Modern English), versión cuyo influjo fue enorme en toda la literatura posterior.


Iglesia Episcopal San Isidro Santa Cruz Arriba

Editor: Ariel Varela

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